La omnipresencia en nuestras vidas de las redes sociales nos ha involucrado, para bien o para mal, como parte de un gran proceso global en el que la comunicación se ha simplificado. Esto ha generado el desarrollo de nuevos códigos para expresarnos a través del medio digital, como lo son el emoticón, el hashtag o las abreviaciones.
La decimonovena edición del Manual del español urgente, publicada por la Fundéu BBVA, predica que la lengua castellana debe constituir una entidad única, tanto afuera como adentro de la red. El texto indica que el idioma utilizado en los medios digitales debería seguir, al menos, unos estándares de gramática, ortografía y léxico previamente establecidos por instituciones como la Real Academia Española o que se encuentren dentro del Diccionario de la Lengua Española.
Sin embargo, este manual también reconoce que el español puede adaptarse al estilo de algunos de los sitios web más populares a nivel mundial. Para ello, toma el ejemplo de los hashtags, prevalentes en sitios como Twitter, Instagram o Facebook.
Es aconsejable que utilicemos mayúsculas para distinguir entre varias palabras y que no nos olvidemos de las tildes: es así como “Feliz Día del Idioma” se transforma en “#FelizDíaDelIdioma”.
Cuando hagamos uso de las redes sociales, es importante incorporar correctamente contracciones como “al” o “del” en nuestras publicaciones. Pese a la existencia de hashtags estilo “#HoyEntrevistamosA” que podrían hacernos obviar esta norma, es importante saber que existen opciones para no contravenirla.
Por ejemplo, en vez de decir “#HoyEntrevistamosA el Ministro de Educación del @GobiernodeChile”, podemos mencionar al sujeto en cuestión sin tener que evadir las contracciones: “#HoyEntrevistamosA Nicolás Eyzaguirre, Ministro de Educación del @GobiernodeChile”.
Cabe entonces, concluir, que el “lenguaje virtual” o la jerga utilizada en línea no debe dividirse ni separarse del español fuera de la web, ya que estos nuevos usos llevan consigo un rastro genético de las normas del idioma.